Sala 3: La brujería en la Edad Media.
La brujería en la Edad Media era una especie de religión que contaba con muchos adeptos, brujas, diablos y hechiceros, a menudo alentaban contra la fe cristiana y para combatirlos no había otra manera que la de acabar con su existencia.
En dicha época, la brujería se apoyaba en ciertos prejuicios o presuposiciones en las que se creían que no solo las brujas, sino el diablo, el demonio, los súcubos, eran reales y tenían poderes sobre el mundo. Por ejemplo se decía que podían curar, producir y traspasar enfermedades, provocar grandes lluvias torrenciales dañando todos los cultivos o todo lo contrario, causar la sequía, hacer estériles a la mujeres y animales, despertar el amor por medio de pociones, destruirlo a través de hechizos… en definitiva podían incluso hasta causar la muerte con tan solo una mirada.
Por lo que respecta a la forma de organizarse y realizar las prácticas de los conjuros, eran por medios de aquelarres compuestos por 12 miembros, en los que todas eran mujeres, excepto un líder, que era masculino, considerado el enviado por el demonio.
Este como aparecen en algunas representaciones pictóricas famosas como el Aquelarre de Goya, solía aparecer vestido de negro o con un disfraz de macho cabrío o cualquier otro animal portante de cuernos. Se solían reunir al menos dos veces a la semana para llevar a cabo los ritos de culto, así como la información de las actividades que podrían hacer e ir preparando la de las próximas semanas.
Durante el transcurso de esta sala, el espectador podrá ser participe de como se representaba a la brujas en la Edad Media, de como se escenificaban los que pensaban que eran sus rituales y de esa iconografía tan variante que tenían, pasando de ser diosas con rostros y cuerpos perfectos a horribles seres amorfos que realizaban actividades macabras.
Itinerario de obras
Brujas yendo al Sabat, Luis Ricardo Falero, 1878., Colección privada en Monza, Italia.
Bruja, Salvator Rosa, 1646. Musei Capitolini, Roma, Italia.
Escena de brujería (David Teniers, 1635) Deutsches Historisches Museum. Berlín, Alemania.
El conjuro (Francisco de Goya, 1797), Museo Lázaro Galdiano, Madrid, España.
El aquelarre (Francisco de Goya, 1798), Museo Lázaro Galdiano, Madrid, España
Sueño de buena hechicera (Goya, 1799), Staatliche Museen Zu Berlin, Kupferstichkabinett, Berlin, Alemania
Bruja en Escoba. Albert Joseph Penot. Morgan Collection, NY, EEUU.
bruja montada en una escoba. En un manuscrito francés del año 1440 del poema de Martin Le Franc “Le Champion des Dames” (Paris, BnF MS Fr. 12476, f. 105v)
Salvator Rosa (1615–1673). Las brujas en sus encantamientos (c. 1646). Detalle. National Gallery (UK)
Thomas Satterwhite Noble (1835–1907). La mártir de Salem (1869). Luce Center, NYHS.
Goya, Vuelo de brujas (1797). Museo del Prado.
Goya, Caprichos n.° 68, Linda maestra, 1799. Museo del Prado.
¿Dónde va mamá?, Capricho n.º 65. Goya, 1799, Museo del Prado
Ensayos, Capricho n.º 60, Goya, 1799. Museo del Prado.
Sopla, Capricho 69. Goya,1799, Museo del Prado.
Walpurgis Natch (Johan Ramberg, 1829) de ''Fausto'' de Johann Wolfgang Goethe, 1829. Biblioteca Gotthilf Weisstein, Berlín, Alemania.
Lamina del Aquelarre (Martin van Maële, 1911) La Sorcière. J. Chevrel Libraire, Paris, Francia.
Jacob van Maerlant. ‘Representación medieval de una arpía. Colección Biblioteca Real Neerlandesa, Paises Bajos.
La Melancolía (1532) Lucas Crananch l'ancien Museo Unterlinden de Colmar
Pedro Berruguete. ‘Santo Domingo y los albigenses’. Museo del Prado, Madrid, España.
Alberto Durero. ‘Bruja montada al revés en un macho cabrío’ Circa 1500–01. Colección Galería Nacional de Arte de Washington D.C.
Las 3 brujas. Johann Heinrich. 1783. museo Huntington, California, Estados Unidos.
Lilith y Eva. (1973). Yuri Klapouh, Museo de Arte Occidental y Oriental de Kiev
Lilith, la femme fatale, John Collier, 1889, Atkinson Art Gallery, Southport (Reino Unido). Técnica: Óleo (194 x 104 cm.)
Brujeria bajo la horca, David Teniers II, Karlsruhe, Staatliche Kunsthalle.
La bruja Malleghem, grabado de Pieter van der Heyden, 1559, a partir de un dibujo de Peter Brueghel el Viejo, 35,8 x 48,1 cm, Museo de Ámsterdam.
Ejecución en Baden, 1585, Wickiana, Zentralbibliotek Zürich.
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